Desde 1826, fecha de compra del terreno, seis generaciones han sido partícipes de la administración de la propiedad. La visión ha sido consistente desde un principio: cuidar la tierra, desarrollarla y transformarla en un legado familiar.
Adecuándola de acuerdo a los tiempos, invirtiendo en infraestructura y entendiendo cuáles son las necesidades reales de la zona y del país. Hoy más que nunca tenemos una responsabilidad con la tierra. Especialmente ahora que se está volviendo escasa (y más en la zona) y abundan proyectos inmobiliarios e industriales con estándares mínimos de urbanización.
Durante más de un siglo nos hemos preocupado de protegerla. Y lo seguiremos haciendo. Entendiendo que este ‘oro verde’, dada la extensa vegetación presente en estas 600 hectáreas y el acceso directo al mar con el que cuenta, hay que desarrollarlo con cuidado, respetándola.
Porque el futuro del país está aquí y vamos a desarrollar una comunidad sostenible, con un uso óptimo del espacio para desarrollar un ambiente residencial, comercial e industrial conservando grandes extensiones de áreas verdes.
Esas que le permiten al habitante elevar su calidad de vida. De poder llegar en bicicleta a su trabajo. O caminar por verdad amplias, sin ver cables sobre la superficie, para llegar a compartir con su familia o con sus amigos en alguno de los espacios comerciales que tendrá la zona.
Es nuestra filosofía; ofrecerle a nuestros clientes los mejores activos, brindándoles la oportunidad para vivir, trabajar y jugar, en comunidades verdaderamente planificadas, con todas las comodidades y estándares mundiales.